domingo, 21 de agosto de 2011

La fiesta de los 20 millones de pesos

La Fiesta de Disfraces ha alcanzado dimensiones impensadas para los organizadores, las autoridades y los propios paranaenses, que ven azorados el nivel de organización, desarrollo y fervor que genera en todos. Es difícil la estimación global, pero se puede inferir que el movimiento general no baja de los 5 millones de dólares.

Habrá que coincidir en que lograr un número global que pueda expresar el impresionante movimiento de personas e infraestructura que genera una sola noche en Paraná es harto difícil, incluso para los organizadores y las autoridades municipales.
La atomización y diferencia del gasto individual de las más de 40 mil personas que se estima llegarán a pisar el predio de Circunvalación y Don Bosco y el nivel de recelo que mantienen con los números los jóvenes que llevan adelante la iniciativa, en cada una de las 12 ediciones anteriores, atentan contra el logro de una estadística precisa y detallada.
Sin embargo, al poner la lupa sobre algunos ítems y desagregando varios indicadores se puede alcanzar una cifra –siempre aleatoria y fruto de la inferencia- que determina que el movimiento general que se logrará este año con la ya internacional Fiesta de Disfraces de Paraná no será menor a los 20 millones de pesos.
De los 40 mil que compraron su entrada, en la Secretaría de Turismo municipal estiman que 15 mil vendrán de otras ciudades –ellos sólo tendrán un relevamiento sobre este universo de personas este fin de semana largo- y de los cuales 2.400 serán alojados en las plazas oficiales que la ciudad posee.
A éstos habrá que sumarle las derivaciones que se hicieron a ciudades cercanas, y los que se jugaron a alquilar a quienes, viendo la veta, volcaron al mercado el alquilar efímero sus departamentos o casas en valores que llegaron a superar los 600 y 800 pesos por días a grupos de jóvenes que dividieron la cuenta.
Un fenómeno increíble y casi surrealista. Amigos y parientes paranaenses buscando quienes quieran alquilar su propia vivienda, en cualquier lugar de la ciudad a valores increíbles.
La estimación oficial es que cada uno de estos visitantes tendrá un costo diario de unos 190 pesos, pero a los que habrá que sumarles los que llegan a casas de familiares y amigos y no pagarán alojamiento, pero el gasto per capita en estos caso no bajará de los 100 pesos.
Sólo en este ítem la ciudad tendrá un ingreso cercano a los 4 millones de pesos. De más está decir que la ocupación será plena en cada uno de estos segmentos, y aún hoy llegarán visitantes con problemas de alojamiento.

INTERNO. Luego, a esto, hay que imputar el gasto propio de la jarana. Las entradas de los 40 mil asistentes, a un promedio de 80 pesos teniendo en cuenta los valores de mínima y máxima, significan un movimiento de dinero de 3.200.000 pesos, que junto a la venta de bebidas –estimada en unos 80 pesos per capita entre la previa y la del predio mismo, una cifra similar a las entradas- constituyen los principales ingresos de los organizadores, sin perjuicio de algún ingreso extra por acuerdos con las grandes marcas que intervienen en el esquema comercial de los 22 muchachos miembros de la llamada Banda del Palo.
Pero que nadie piense que es sencilla la organización de una fiesta que demanda tiempo, estrategia y esfuerzo en muchos meses del año.
El evento requiere de un predio de varias hectáreas, unas quince carpas estructurales de importante tamaño y una gran carpa de circo; los más de 250 mil pesos que demandará la contratación de 400 efectivos policiales, los más de 500 mil que demanda el reticulado lumínico, la contratación de equipos de sonido independiente para cada carpa, la adquisición de un seguro de responsabilidad civil para daños derivados de cualquier siniestro que ocurra dentro del predio en cosas o personas, con el Instituto del Seguro; las más de mil personas que en distintos momentos de la preparación y la noche de la fiesta se requieren, la contratación de un equipo de salud de 65 personas con una empresa privada de emergencias de Paraná más el uso de la salud pública que estará atenta afuera del predio, los adicionales de tránsito e ingenieros de seguridad y bomberos.
Además hay decenas de detalles que generan gastos en el predio como el cerco perimetral con 300 mallas sima, los accesos, etc., etc., etc. Todos estos ítems sumados involucran, al menos, 3 millones de pesos.
Además, nobleza obliga, habrá que sumar el gasto de estacionamiento, que se cuentan por miles, y ya desde este sábado los cuidacoches habían fraccionado todos los terrenos baldíos de 200 metros a la redonda con palos y cintas de plástico, y donde ningún vehículo dejará menos de 20 pesos. Si se suma a esto el costo del alquiler o armado de cada disfraz, los números no bajan de los 20 millones de pesos.
Quizá por todo lo que esta fiesta representa para la ciudad, es que sus habitantes la han recibido y, hoy cuidan, sin fisuras y sin barreras, reconociendo el trabajo de este manojo de jóvenes que hace una apuesta cada vez más fuerte, aún en tiempos de ciclos económicos negativos.
Se ha convertido en la fiesta más importante de Paraná y la gran región, y que no parezca poco.

Disfraces, de la creatividad a la necesidad

A los hoteles, bares, moteles, comedores, taxis y remises, entre muchos otros, hay que sumar el beneficio que lograron las empresas de alquiler de disfraces, los cotillones y ahora se han sumado las sederías, que se han visto desbordados por quienes buscan telas para confeccionar sus disfraces.
De acuerdo a los números que se manejaron por estos días en el mercado local, para llegar disfrazado a la fiesta –en un marco donde el factor climático juega un rol importante ya que el pronóstico aventura temperaturas bajo cero, lo que desalienta a los tarzanes, indios, adanes y evas- habrá que desembolsar un buen dinero.
Las casas de alquiler agotaron su oferta, y los trajes tenían un costo cuyo piso no bajó de los 150 pesos por el día. Algunos cotillones consultados aseguraron que “salieron” muchos disfraces de cura y de preso, y “muchos otros venían a buscar los accesorios como caretas, pelucas y demás”, pero en el mejor de los casos un disfraz casero implicaba invertir al menos 100 pesos.
Algunos entienden que la fiesta es un buen momento para la seducción, y como en el reino animal, la ostentación de la belleza del disfraz es un buen valor: existen casos que el costo del mismo llega a más de mil pesos, especialmente de los visitantes que vienen de otras ciudades con la infraestructura preparada.

AL MARGEN

40 mil personas habrá en la fiesta, al menos, y se estima que 15 mil llegarán para alojarse en Paraná o la zona.

Algunos han invertido mucho dinero para estar en la fiesta. Un médico mexicano visitó la fiesta el año pasado, ya que estaba realizando una maestría en el país, y este año llegó con 15 amigos desde Distrito Federal, y casos como éste se reproducen.

Algunos hoteles vendían el “paquete”, que incluía la estadía, remises y la entrada a la fiesta.

Este año, los organizadores decidieron quedarse con la propia explotación de las barras de bebidas y aseguran que, igual que el año pasado, un nutrido grupo de inspectores de la DGI se hará presente para el control de rigor.

Publicado por: el Diario de Paraná.

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